Se formarán cristales de piedra azul de diferentes tamaños y formas en el fondo de un vaso que ha estado tapado durante la noche. Elija el cristal con la forma romboidal más regular y separe los cristales irregulares más pequeños si están unidos. Ata un extremo del hilo al cristal elegido y el otro extremo al centro del lápiz. Regrese los otros cristales a la solución y transfiéralos a un recipiente apto para calentar. Agregue una cucharada rasa de polvo de piedra azul a la solución con los cristales y caliente hasta casi hervir mientras revuelve. Cuando la solución se haya enfriado a temperatura ambiente, transferirla nuevamente al recipiente de cristalización y sumergir el cristal de piedra pómez atado con un hilo para que no toque las paredes del recipiente.